Los pakistaníes detenidos grabaron en vídeo rascacielos de Barcelona en el 2002
Los Mossos dan por desmantelado el grupo, en prisión desde el sábado.
El grupo de pakistaníes detenidos el pasado miércoles en Barcelona grabó en vídeo dos rascacielos de la ciudad en las primeras semanas del 2002, aunque no pasó de ser una simple recogida de información. La grabación dura cerca de una hora y contiene detalles de la estructura y entradas y salidas de los edificios.
La Vanguardia
IGNACIO DE OROVIO - 20/09/2004
Madrid
Los pakistaníes detenidos la madrugada del pasado miércoles en Barcelona tenían en su poder una grabación en vídeo de cerca de una hora de duración y gran nivel de detalle de las torres de la Vila Olímpica de Barcelona. La grabación fue realizada en las primeras semanas del año 2002 y podría haber constituido una simple información de base, sin trabajo posterior, para haber perpetrado un atentado, según una fuente del caso de la máxima solvencia, aunque estos detalles serán confirmados por la instrucción judicial, que corre a cargo del juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno. Este magistrado decretó en la madrugada del pasado sábado prisión incondicional para los diez arrestados. El grupo se da prácticamente por desmantelado, a falta de pulir algunos flecos de la investigación.
La grabación del hotel Arts y de la torre Mapfre, que alberga oficinas, que ha conocido La Vanguardia, dura prácticamente una hora y contiene numerosos detalles de las estructuras arquitectónicas y de las entradas y salidas de ambos edificios. Se cree que la filmación, que viene a ser un estudio videográfico de los edificios, está inspirada en el atentado del 11-S contra las Torres Gemelas de Nueva York, ya que fue realizada alrededor de tres meses después de aquel atentado. En este caso se cree que se trató de una mera recogida de datos.
En el registro no apareció ninguna prueba o indicio de que el grupo, o alguno de sus miembros, pretendiese atentar contra estos emblemáticos edificios del litoral de Barcelona, aunque los Mossos d'Esquadra analizan bajo la tutela del juez Ismael Moreno decenas de textos y documentos hallados en los dos pisos. Las traducciones y su interpretación policial tardarán probablemente varias semanas en llegar a la Audiencia Nacional. Sin embargo, alguno de los miembros del grupo desarticulado pudo haber filmado otros edificios o zonas de Barcelona, según la misma fuente, ya que hay indicios o señales de que hubo más grabaciones, que en cualquier caso no aparecieron en los registros de los Mossos.
En los pisos de los barrios de Ciutat Vella y la Trinitat registrados no se hallaron explosivos ni armas, según informaron los Mossos d'Esquadra, que llevaron la operación desde el primer momento porque deriva de otra anterior contra la delincuencia común en la que se desmanteló una red de falsificación de documentos y tarjetas de crédito y de blanqueo de capitales.
El juez de la Audiencia Nacional —que interrogó a los diez pakistaníes entre las ocho de la tarde del viernes y las cinco de la madrugada del sábado— decretó el ingreso en prisión incondicional por la suma de indicios que los Mossos d'Esquadra presentaron, aunque el nivel de implicación de cada uno de los detenidos, cuyas identidades no han trascendido por ahora, deberá perfilarse con mayor nitidez en el curso de la investigación.
Además de la grabación en vídeo, se sabe ya que uno de los detenidos estuvo en el pasado enrolado en un grupo radical de Pakistán y que el grupo manejaba grandes cantidades de dinero, aunque su nivel de vida era muy sencillo, rayando, al menos en apariencia, en la miseria. Este detalle ha sorprendido en la investigación, que ahora tratará de averiguar hacia dónde se derivaron los fondos obtenidos. Hacia el lujo o los coches, como en la mayoría de los grupos de narcos, seguro que no.
En el registro apareció una cantidad no demasiado grande de heroína de gran pureza, pero el recipiente que la contenía y los restos hallados indican que la cantidad era superior. La pureza de la droga señala que los detenidos manejaban grandes cantidades de dinero. El valor de la droga en el mercado habría sido elevadísimo.
Al menos uno de los diez detenidos estuvo a inicios de los años noventa enrolado en un grupo islamista radical en Pakistán, declarado ilegal en aquel país. El nombre de este grupo no ha trascendido.
La suma de datos que los Mossos llevaron ante el juez permite pensar que los detenidos —a falta de concretar el presunto nivel de implicación de cada uno— pudieron tener relaciones con alguna célula radical, aunque el juez Ismael Moreno les imputa por el momento falsificación y tráfico de droga. De ser ésta la única implicación del grupo, el asunto pasaría a un juzgado ordinario de instrucción, a menos que se sospechase que el tráfico fuese a gran escala o que entre las actividades estuviese el blanqueo de capital.
Entre los flecos pendientes de investigación está conocer el destino de las grandes cantidades de euros que pudo reportarles su actividad delictiva y si ello ha servido para financiar o colaborar con actividades terroristas, investigación que también correspondería a la Audiencia Nacional.
Casi una semana después de la operación desarrollada por los Mossos d'Esquadra en los pisos de la calle Roig de Ciutat Vella y de la avenida Meridiana de Barcelona, y pese a las pesquisas iniciadas por la Audiencia Nacional y por la Interpol, no se conoce con certeza la identidad de todos los arrestados. Se han enviado señas genéticas y huellas dactilares de algunos de ellos a dicho organismo policial internacional, que trabaja para identificar con certeza al grupo, aunque por ahora no se ha recibido respuesta. Alguno de los arrestados tenía hasta cuatro pasaportes o documentos de identidad de gran perfección técnica. En sus declaraciones judiciales explicaron que los pasaportes requisados pertenecen a compatriotas que los habían visitado en los domicilios.
La investigación determinará la procedencia de estos documentos, aunque se sospecha que alguno de ellos podría ser el encargado de falsificaciones. También podrían proceder del grupo que originó la operación de los Mossos; a inicios de septiembre fue desmantelada una red de delincuencia común que se dedicaba a falsificar tarjetas de crédito, documentos de identidad y al blanqueo de dinero. Hubo 33 detenciones. La investigación de este grupo condujo a los diez pakistaníes.
El grupo de pakistaníes detenidos el pasado miércoles en Barcelona grabó en vídeo dos rascacielos de la ciudad en las primeras semanas del 2002, aunque no pasó de ser una simple recogida de información. La grabación dura cerca de una hora y contiene detalles de la estructura y entradas y salidas de los edificios.
- Los Mossos se incautaron de una pequeña cantidad de heroína de gran pureza, que habría alcanzado un alto valor en el mercado.
La grabación, de cerca de una hora de duración, contiene detalles de la estructura de las dos torres de la Vila Olímpica.
Casi una semana después de la operación no se sabe con certeza la identidad de los diez detenidos, que investiga la Interpol.
El juez de la Audiencia Nacional ordenó prisión incondicional para los 10 arrestados por falsificación y tenencia de drogas.
La Vanguardia
IGNACIO DE OROVIO - 20/09/2004
Madrid
Los pakistaníes detenidos la madrugada del pasado miércoles en Barcelona tenían en su poder una grabación en vídeo de cerca de una hora de duración y gran nivel de detalle de las torres de la Vila Olímpica de Barcelona. La grabación fue realizada en las primeras semanas del año 2002 y podría haber constituido una simple información de base, sin trabajo posterior, para haber perpetrado un atentado, según una fuente del caso de la máxima solvencia, aunque estos detalles serán confirmados por la instrucción judicial, que corre a cargo del juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno. Este magistrado decretó en la madrugada del pasado sábado prisión incondicional para los diez arrestados. El grupo se da prácticamente por desmantelado, a falta de pulir algunos flecos de la investigación.
La grabación del hotel Arts y de la torre Mapfre, que alberga oficinas, que ha conocido La Vanguardia, dura prácticamente una hora y contiene numerosos detalles de las estructuras arquitectónicas y de las entradas y salidas de ambos edificios. Se cree que la filmación, que viene a ser un estudio videográfico de los edificios, está inspirada en el atentado del 11-S contra las Torres Gemelas de Nueva York, ya que fue realizada alrededor de tres meses después de aquel atentado. En este caso se cree que se trató de una mera recogida de datos.
En el registro no apareció ninguna prueba o indicio de que el grupo, o alguno de sus miembros, pretendiese atentar contra estos emblemáticos edificios del litoral de Barcelona, aunque los Mossos d'Esquadra analizan bajo la tutela del juez Ismael Moreno decenas de textos y documentos hallados en los dos pisos. Las traducciones y su interpretación policial tardarán probablemente varias semanas en llegar a la Audiencia Nacional. Sin embargo, alguno de los miembros del grupo desarticulado pudo haber filmado otros edificios o zonas de Barcelona, según la misma fuente, ya que hay indicios o señales de que hubo más grabaciones, que en cualquier caso no aparecieron en los registros de los Mossos.
En los pisos de los barrios de Ciutat Vella y la Trinitat registrados no se hallaron explosivos ni armas, según informaron los Mossos d'Esquadra, que llevaron la operación desde el primer momento porque deriva de otra anterior contra la delincuencia común en la que se desmanteló una red de falsificación de documentos y tarjetas de crédito y de blanqueo de capitales.
El juez de la Audiencia Nacional —que interrogó a los diez pakistaníes entre las ocho de la tarde del viernes y las cinco de la madrugada del sábado— decretó el ingreso en prisión incondicional por la suma de indicios que los Mossos d'Esquadra presentaron, aunque el nivel de implicación de cada uno de los detenidos, cuyas identidades no han trascendido por ahora, deberá perfilarse con mayor nitidez en el curso de la investigación.
Además de la grabación en vídeo, se sabe ya que uno de los detenidos estuvo en el pasado enrolado en un grupo radical de Pakistán y que el grupo manejaba grandes cantidades de dinero, aunque su nivel de vida era muy sencillo, rayando, al menos en apariencia, en la miseria. Este detalle ha sorprendido en la investigación, que ahora tratará de averiguar hacia dónde se derivaron los fondos obtenidos. Hacia el lujo o los coches, como en la mayoría de los grupos de narcos, seguro que no.
En el registro apareció una cantidad no demasiado grande de heroína de gran pureza, pero el recipiente que la contenía y los restos hallados indican que la cantidad era superior. La pureza de la droga señala que los detenidos manejaban grandes cantidades de dinero. El valor de la droga en el mercado habría sido elevadísimo.
Al menos uno de los diez detenidos estuvo a inicios de los años noventa enrolado en un grupo islamista radical en Pakistán, declarado ilegal en aquel país. El nombre de este grupo no ha trascendido.
La suma de datos que los Mossos llevaron ante el juez permite pensar que los detenidos —a falta de concretar el presunto nivel de implicación de cada uno— pudieron tener relaciones con alguna célula radical, aunque el juez Ismael Moreno les imputa por el momento falsificación y tráfico de droga. De ser ésta la única implicación del grupo, el asunto pasaría a un juzgado ordinario de instrucción, a menos que se sospechase que el tráfico fuese a gran escala o que entre las actividades estuviese el blanqueo de capital.
Entre los flecos pendientes de investigación está conocer el destino de las grandes cantidades de euros que pudo reportarles su actividad delictiva y si ello ha servido para financiar o colaborar con actividades terroristas, investigación que también correspondería a la Audiencia Nacional.
Casi una semana después de la operación desarrollada por los Mossos d'Esquadra en los pisos de la calle Roig de Ciutat Vella y de la avenida Meridiana de Barcelona, y pese a las pesquisas iniciadas por la Audiencia Nacional y por la Interpol, no se conoce con certeza la identidad de todos los arrestados. Se han enviado señas genéticas y huellas dactilares de algunos de ellos a dicho organismo policial internacional, que trabaja para identificar con certeza al grupo, aunque por ahora no se ha recibido respuesta. Alguno de los arrestados tenía hasta cuatro pasaportes o documentos de identidad de gran perfección técnica. En sus declaraciones judiciales explicaron que los pasaportes requisados pertenecen a compatriotas que los habían visitado en los domicilios.
La investigación determinará la procedencia de estos documentos, aunque se sospecha que alguno de ellos podría ser el encargado de falsificaciones. También podrían proceder del grupo que originó la operación de los Mossos; a inicios de septiembre fue desmantelada una red de delincuencia común que se dedicaba a falsificar tarjetas de crédito, documentos de identidad y al blanqueo de dinero. Hubo 33 detenciones. La investigación de este grupo condujo a los diez pakistaníes.
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